No obstante que durante 2022 las finanzas públicas se vieron favorecidas con un importante aumento en el precio del petróleo, que vino a fortalecer los ingresos presupuestales, superando a los aprobados por el Congreso en 394 mil millones de pesos, el déficit presupuestal aumentó en más de cien mil millones de pesos, con respecto a lo programado, porque el Gasto ejercido aumentó en 540 mil millones de pesos, superando ampliamente a los ingresos excedentes reportados.
El déficit presupuestal incurrido en 2022, alcanzó el billón de pesos, cuando en 2021 fue de 752 mmp, lo que representa un aumento nominal del 30%, y los requerimientos financieros los reportan oficialmente en 1,260.9 mmp, cuando los programados eran de 996.6 mmp y un mes antes del cierre del año, en noviembre, la propia Secretaría estimaba que cerrarían en 1,097.1, es decir, en solo un mes, el sobre giro en el déficit financiero creció aún más, en 164 mil millones de pesos, y alcanzó la friolera de 4.4% como proporción del PIB.
Analizando más a fondo este incremento en el déficit en el mes de diciembre, lo que se pone de manifiesto, es que la mayor parte de la explicación radica en una deficiente estimación de ingresos tributarios, ya que a noviembre, se estimaba que los ingresos tributarios (excluyendo IEPS) superarían incluso los 4 billones de pesos, y un mes después, en diciembre, se reportan inferiores en 190 mmp. y esto impacta al déficit.
En materia de Gasto, como ya se apuntaba, el presupuesto aprobado por los Diputados fue ampliamente superado, incluso mucho más de lo que podría justificarse con base a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, que establece que si se obtienen mayores ingresos a los programados, se puede aumentar el gasto.
Destacan por su cuantía, los aumentos en el gasto de la Secretaría de Energía, principalmente para la nueva refinería ya inaugurada, cuyo gasto se multiplicó por 4.1, pasando de 45.9 mmp a 189.4 mmp, FONATUR, para el Tren Maya, aumentó su gasto casi 3 veces, pasando de 64.5 mmp a 177.1 mmp, mientras que la propia SHCP, cuyo presupuesto autorizado fue de 4.1 mmp lo multiplicó por diez, aumentando a 41.3 mmp debido principalmente a fuertes inyecciones de dinero a la Comisión Nacional Bancaria y a la Banca de Desarrollo, tanto para cubrir operaciones, como para sufragar las cuantiosas pérdidas del Banco del Bienestar.
El Aeropuerto Felipe Ángeles ocupó 1,300 millones de pesos en 2022 para subsidiar su operación, mientras que el AICM y su Holding, operando ya a niveles pre pandemia, no pueden pagar los intereses de la deuda del extinto aeropuerto, y recibieron más de 800 millones de pesos, por lo que súmele 2,100 mp más al costo de la cancelación.
La única obra insignia que vio reducidos sus recursos presupuestales en 2022, fue el corredor interoceánico del istmo, en cuya obra solo se gastaron 400 millones de pesos de los más de 10 mil millones asignados en el PEF, por lo que podemos concluir que dicha obra dejó de ser prioritaria.
Finalmente, regresando al punto de los ingresos petroleros excedentes que reporta la SHCP, por 394 mil millones de pesos para 2022, estos se desglosan en 269.1 mmp para el gobierno federal, (incluyendo 3.8 mmp de ISR de contratistas) y solo 125.3 mmp para Pemex, según la metodología de la SHCP, la cual registra los ingresos propios de Pemex, “netos” de la compra de gasolinas en el exterior, y adicionados de los apoyos presupuestales que recibe Pemex por parte del gobierno federal.
Es decir, si el gobierno federal apoya a Pemex aportándole recursos presupuestales, estos se registran bajo el rubro de “Otros Ingresos” y se suman a las ventas, por lo que la estadística de ingresos que reporta la SHCP, en realidad no corresponde a lo que serían ingresos “propios” de operación de Pemex.
De tal suerte, si revisamos solo el rubro de Ingresos propios de Pemex, provenientes de ventas y servicios (exportaciones de petróleo y ventas internas), aunque Usted no lo crea, este monto decreció en 2022, aún con el petróleo a 90 dólares en promedio, y pasaron de 443.1 mmp en 2021 a 441.1 mmp en 2022, una merma de 2 mil millones de pesos con relación a 2021, cuando el precio del crudo fue de 65 dólares.
En buena parte, esto se debe a que en 2021, los ingresos de Pemex por exportación de crudo fueron de 536.1 mmp, mientras que las importaciones de gasolinas costaron 431.1 mmp, quedando un superávit comercial favorable de 105 mmp.
El 2022, el costo de las gasolinas importadas fue 881.8 mmp (105% más) mientras que la exportación de crudo aportó 756.9 mmp, incurriendo en un déficit de 124.9 mmp, es decir, el mayor precio del petróleo impactó la balanza en menos 229.9 mmp.
Sin embargo, Pemex recibió en 2022 apoyos del Gobierno Federal, (incluyendo devoluciones del estímulo adicional del IEPS a las gasolinas), superiores a los 400 mil millones de pesos, monto casi similar a los ingresos reportados por ventas, ya netos de pagos por importaciones de gasolinas y de diésel, y reportó así mayores ingresos.
Conclusiones, las finanzas públicas no están “sanas”, y van en franco deterioro, previéndose que cierren el sexenio con un déficit de entre 5 y 6 puntos del PIB.
El ingreso excedente petrolero, neto de apoyos gubernamentales a Pemex, no llegó ni a la mitad de los 535.5 mmp que anticipó recibir el Gobierno Federal.
Ni con el petróleo a 90 dólares, Pemex pudo generar recursos para hacer frente a sus compromisos financieros, y va a seguir ocupando apoyo del Gobierno Federal.
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