Después de la caída de la economía de más de 8 por ciento, explicada básicamente por los efectos adversos de la pandemia del COVID 19, se preveía la recuperación del crecimiento económico a partir de 2021, y de hecho, los indicadores económicos anticipados empezaron a mostrar desempeños muy favorables durante los primeros meses del año, en particular las exportaciones y el consumo interno, que hacían prever un crecimiento económico vigoroso, incluso superior al 6 por ciento en términos reales.
De acuerdo a la última encuesta sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, realizada por el Banco de México, el crecimiento promedio del PIB real esperado para 2021, subió de 5.15 por ciento a 5.80 por ciento, penas a principios de este mes de Julio.
Por otra parte, si revisamos las previsiones de crecimiento económico que han elaborado otras firmas y departamentos de estudios económicos, tanto en México como en el extranjero, en su última revisión al mes de Julio, lo que se tiene es que en promedio, esperan que la economía mexicana crezca en este 2021 a una tasa real del 5.3 por ciento, estimaciones que presentan un rango de entre 3.4 por ciento de crecimiento mínimo (Mapfre Economics) y crecimiento máximo de 6.8 por ciento (Bursamétrica).
Sin embargo, recientemente, se han están presentando situaciones menos favorables que podrían afectar negativamente esta dinámica, como lo es el nuevo repunte en los contagios, ante la presencia de nuevas variantes del virus, el estancamiento en la tasa de crecimiento del consumo interno, la continuada caída en la inversión, así como la lenta recuperación del empleo.
Por otro lado, la reciente información publicada por el INEGI, al mes de junio, reporta que el sector industrial, y en particular la industria manufacturera, continúan aún con crecimiento negativo, de acuerdo al Indicador oportuno de la actividad económica global, de hecho, el indicador de la producción industrial de Junio, es el más bajo de todo el año.
Bajo estas consideraciones, el 5.8 por ciento de crecimiento real para la economía en 2021, podría considerarse más como un techo, que como una estimación puntual.
Ciertamente, los efectos negativos de la pandemia en el crecimiento económico no fueron homogéneos entre los diversos sectores y actividades económicas, ni tampoco generalizados, ya que como sabemos, dentro de las crisis se presentan oportunidades, y resulta oportuno identificar y evaluar las actividades que son sensibles a estos nuevos efectos adversos, para procurar apoyarlos, atenuando en lo posible, esta nueva dinámica desfavorable.
Como sabemos, las estimaciones de crecimiento económico para 2022 se prevén inferiores al crecimiento que se obtendría este año, donde el “rebote” por el efecto de base reducida, es el que explica fundamentalmente la recuperación en la tasa de crecimiento económico.
Por lo anterior, es de particular importancia buscar espacios presupuestales para aumentar la inversión pública federal, para impulsar una sólida y permanente recuperación del crecimiento económico en el País.
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