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La importancia de alinear las funciones, activos y riesgos en tu cadena de valor

Dentro de las empresas existen muchas maneras de hacer negocios. Cada industria y cada sector puede tener diferentes formas de organizar sus cadenas productivas, sus cadenas de suministro y sus cadenas de valor.

La cadena de valor es el conjunto de etapas que determinan la capacidad de un área estratégica de actividad de una empresa u organización para obtener una ventaja competitiva. La cadena de suministro es el conjunto de elementos que permiten a las empresas contar con la estructura necesaria para llevar adelante el desarrollo de un producto. Finalmente, la cadena productiva es el conjunto de operaciones planificadas de transformación de determinados factores o insumos en bienes o servicios (intermedios o finales) mediante la aplicación de un procedimiento.

Las empresas enfrentan día con día tomas de decisiones derivadas del entorno cambiante del mercado. Puede ser por ejemplo la firma de un nuevo contrato, la obtención de un nuevo cliente, la necesidad de cambiar parte de sus procesos productivos hacia otra empresa del grupo o la incorporación de nuevas tecnologías, cambios regulatorios, etc. Cuando esto sucede, es posible que estemos frente a la necesidad de establecer nuevas operaciones intercompañía que antes no se tenían o simplemente llevar a cabo ajustes en la manera en que las operaciones intercompañía se llevan a cabo. En algunas ocasiones es necesario revisar los márgenes que se aplican a las operaciones y la base sobre la cual se calcula la contraprestación.

Para saber si el cambio en nuestros procesos productivos o de servicios requieren el establecimiento de una nueva contraprestación, la pregunta que debemos hacernos es si en condiciones similares de negocios, y si las entidades no formaran parte del mismo grupo (es decir fueran independientes); un tercero estaría cobrando por el proceso, o servicio que se está modificando o implementando. A esto se le conoce como el separate entity approach o el principio de entidad separada, el cual busca asegurar que las entidades a pesar de formar parte de un grupo, actúen de acuerdo a sus propios intereses, aseguren las retribuciones que les correspondan y por supuesto se refleje de manera adecuada el principio de valor de mercado de los precios de transferencia. Si la respuesta es que sí se requiere un cambio en la contraprestación existente o que es necesario establecer una contraprestación nueva, necesitamos analizar la naturaleza de la operación. Este análisis nos permitirá establecer la base idónea del cobro, es decir si debe ser sobre costos nada más, o sobre costos y gastos operativos, o sobre ingresos, el margen a adicionar, etc. La respuesta a estas preguntas dependerá de las funciones, los activos y los riesgos que asuman las partes de la nueva operación. Con base en un análisis de precios de transferencia, se puede establecer la mecánica de cobro que refleje la realidad del negocio, el involucramiento de las partes y muy importante, lo que terceros hubieran estado dispuestos a pactar en condiciones similares de negocios.

Si bien los precios de transferencia suelen asociarse a una cuestión de cumplimiento tributario; las metodologías de análisis que se han desarrollado a través de los años pueden utilizarse como una poderosa herramienta en los aspectos administrativos y dimensiones económicas y productivas de la empresa.

En PGA contamos con asesores de precios de transferencia con amplia experiencia en asegurar que las contraprestaciones entre partes relacionadas estén en línea con la operación de la empresa y que utilicen una metodología adecuada en materia de precios de transferencia, lo que evitará futuros problemas al momento de revisar las operaciones de la compañía a la luz del cumplimiento de precios de transferencia al cierre del año.

Mtra. Ivon Marlen Sáenz Benítez

Socia de Precios de Transferencia en Pérez Góngora y Asociados Ciudad de México

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